Saturday 23 June 2012

Quiero una negra pasión

"Quiero que esta negra deliciosa me haga la vuelta!!!"


Ya había dicho (en capítulos anteriores) que me fascinan las mujeres, en especial las mujeres que están algo locas (no del todo porque termina uno hasta golpeado, quemado, embadurnado o amarrado… me contaron por televisión), que tienen amigos imaginarios, que hablan solas, que gritan en la mitad de un restaurante, que se montan películas dignas de ganar un premio de la academia.

Son las mujeres en verdad mi debilidad, mi pasión sin límites ni frenos, son ellas las que le dan sabor a este mundo idiota y quienes nos tienen de las p… iernas cada vez que nos enamoramos de ellas; ellas son en verdad quienes mandan en las relaciones, así todos los hombres creamos lo contrario y aún más ahora que tienen incluso hasta mejores puestos que nosotros… obvio es que algunas han llegado hasta allá de manera algo sospechosa, pero quién soy yo para criticar la forma de administrar su negocio; allá ellas.

Me gusta casi todo de ellas, sus peinados (con los que sufren) que muchas veces buscan esconder la verdadera esencia de su pelo (o cabello, no me critiquen), que buscan siempre parecerse a otras: que si son rubias se pintan de negro, que si son morenas se lo aclaran, que si son crespas quieren ser lacias y así sucesivamente. Sus cuerpos que nos inducen muchas veces a la locura solo con verlos y más aún con tocarlos (pues a mí me pasa, no sé a usted macho lector de este texto) y sus ojos nos hacen perder en ellos de manera inexorable.

No me voy a poner en modo romanticón ni nada parecido, porque como dijo alguien, esas características se van descubriendo poco a poco, no a primera vista y nadie se enamora de la personalidad de primera mano, nos enamoramos del físico, así como las mujeres… o creen que no sé qué partes les miran siempre a los hombres, lo que pasa es que ustedes son mucho más rápidas y más delicadas para morbosear a los bípedos masculinos… uno simplemente es una bestia para la sutilidad y termina volteando a ver, cual perro sucio, a los traseros o a las tetas que se nos atraviesen.

Es nuestra evolución señoras, no nos critiquen que no van a cambiar nada, siempre, desde que tenemos gusto por las mujeres (a algunos nunca les crece ese don) andamos mirando todo cuanto se nos atraviese por el campo visual, no hay nada que hacer, es impajaritable y a veces hasta incontenible. Claro que hay que “respetar” a las novias, esposas o parejas que uno tenga y no ser tan “pelotudo” o tan gráfico de voltear inmediatamente a ver un par de niñas en alguna calle o bar, pero así no lo crean, lo hacemos todo el tiempo.

Y es que tenemos un radar incorporado, una clase de detector de culos implantado en lo más profundo de nuestra psique; así como las mujeres tienen un detector de mentiras casi infalible, nosotros podemos detectar una vieja buena a una cuadra a la redonda con una precisión que haría palidecer a los aviones de caza de los norteamericanos (no pongo referencias porque sé que no van a ser comprendidas por la mayoría de las féminas), y no perdonamos. Incluso a alguien (no sé a quién) le pasó que iba por la calle escribiendo un mensaje de texto, embebido en una charla amena vía internet con una hermosa mujer (hermosísima debo aclarar), cuando, sin previo aviso, localizó un “culo” a 20 metros de distancia y por ello casi manda el dichoso aparato a un charco que había frente a él (me contaron).

Pero hoy voy a decirlo en este medio escrito, algo que quienes me conocen saben que es cierto, que ando con esa manía desde hace algún tiempo, desde que descubrí el poder intrínseco de esas personas, de esas mujeres: que me fascinan las mujeres negras!

Son espectaculares! Son divinas y hermosas (bueno, no todas… pero en general)… Tienen unos cuerpos deliciosos de chocolate y unas características físicas que son envidiadas por muchas; perdí la cuenta de las veces que escuché a mujeres que, al ver el cuerpo de una mujer afro, dicen sin vergüenza y con mucha envidia “ay, que feo un culo tan grande”… pffff, por favor, que no darían muchas por tener la mitad de las curvaturas que las negras poseen desde pequeñas. Y qué decir del sabor que le imprimen a todos sus actos, a su caminar, a su bailar y a… otras cosas. Por Dios, por Zeus, por Krishna o por Alá, ala que cosa tan deliciosa.

Además que tengo un problema, bueno una rica y suculenta debilidad: me fascinan los culos, son el centro de mi atención y de mi perdición; porque está bien que una mujer tenga unos senos prominentes y sé, por experiencia ajena, que uno se divierte bastante con la “saltabilidad” de ese par de cúmulos galopantes que rebotan en sí mismos ya sea al vaivén de la marcha o en el vaivén de la batalla; pero es que la parte de atrás tiene un atractivo mayor para mí, y eso es lo que también admiro de la raza negra: son pocas, por no decir la ínfima minoría, aquellas que carecen de ese bellísimo y trasero atributo abultado y bien formado. Son redondos y muchas veces macizos esos lindos glúteos de los que hacen gala las morenas; y por ello no afirmo que las rubias o blancas no lo posean, claro también las hay, y son muchas veces muy bien trabajados, pero la forma en que vienen de fábrica los de las consabidas mujeres de pieles oscuras no tiene igual, sobre todo en la forma de moverse y bailar… por eso hablé acá de Choquibtown y de unas negras especta”culares” que salen en el consabido video. Tiene esta parte corpórea tantos nombres, profanos como pendejos, que sobraría acá escribirlos todos.

Como digo siempre, es que son unos bomboncitos! Aunque es obvio que al ser mujeres son raras, estas mujeres en particular tienen una alegría inconfundible y no andan haciendo “jetas” por todo; se le miden a lo que sea (lo que sea) y tienen el cuerpo y el aguante para hacerlo. Como siempre digo, me contaron, que seguirles el ritmo es una cosa de locos, que se mueven como mezcladora de pintura  (no como algunas que tienen la motricidad de un Alka-Seltzer en una mazamorra) y por eso es que hay que hacer mucho “cardio” y mucho deporte antes de entablar una relación con una mujer divinamente oscura (por eso es que ando en esta faceta deportiva).

Obvio es que la canela también me gusta, de hecho me gusta mucho, la mayoría de las mujeres con quienes he estado la lucen con orgullo, esa mezcla (o como decía un amigo: esa cruza) entre lo profano y delicioso de la raza negra y la “rectitud” de la raza blanca es muy deliciosa, pero definitivamente lo mío son las negras… vuelvo y digo, hermosas muchas y con unos cuerpos que solo inspiran a decir “Mamma Mía”.

Mamma mía es que debe aseverar uno cada vez que las ve caminar, moverse, bailar, moverse o moverse en todas sus acepciones sin excepciones; son espectaculares para coordinar todo ese hermoso cuerpo que las engalana… como cuando uno ve a Beyoncé bailando y lo único que le queda es persignarse e invocar a todos los santos habidos y por haber para que no le genere ese divino cuerpo una embolia. Maldito el marido, maldito J.C., cómo te envidio!

Es que la negra tiene tumbao’ como dijo Celia, es inevitable

Y para las personas que me critican por mis gustos chocolatosos les digo: han visto a Zoe Saldanda? Que cosa tan brutal! Además hay una frase que reza: El fascismo se quita leyendo y el racismo, viajando.

Quiero morirme de manera singular, quiero un adiós de carnaval, quiero tu voz negra canela escuchar, con su frescura natural, sincera! 
Quiero una negra pasión!

P.D.: En serio, no han visto a Zoe Saldana, esa cara, ese cuerpo y esa sonrisa… con esa negra hermosa, con esa diosa de ébano, me caso pero antes de ayer! O lo invito amado lector a detallar fijamente a Beyoncé, Dios bendito y misericordioso, Santísima Trinidad, es como para sacarla a vivir, pero ya! La saco a vivir con ese cuerpazo que se almuerza J.C., tiene curvas para morirse solo en la mitad. Ese par de negras me entretienen más que una manifestación de payasos y están más buenas que levantarse tarde un domingo… Que no me entere que esos culitos pasan hambre… Qué pedazos!

P.D.2: En serio, hay muchas películas que me gustan por su guión, su música o sus actores, pero la preferida es y seguirá siendo "Colombiana", no por su gran adaptación o temática, sino por Zoe... y no la banda de música pendeja que se llama también así, sino por Zoe Yadira Saldaña Nazario... ay, me ericé!

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